POLÍTICA DE USO

La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y la Maestría en Ciencia Política no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores, las cuales son de su exclusiva responsabilidad.

jueves, 12 de junio de 2014

“UN GRAN PODER CONLLEVA UNA GRAN RESPONSABILIDAD” [1]

Carlos Monterroza, Departamento de Sociología y Ciencias Políticas 
 
Debo anticipar que este artículo de opinión, motivado por el contexto actual,  se delimita a las atribuciones de poder político-institucional que asume un presidente; aunque sería ingenuo considerarlas como las únicas que inciden en la vida de los ciudadanos y ciudadanas.  Lo cierto es que en la sociedad convergen expresiones de poder económico, armado, mediático con capacidad suficiente para influir en las acciones y decisiones del presidente junto a su gabinete. Esperamos ampliar este tema en futuras entradas del blog, por el momento lo delimitaremos al ámbito gubernamental. 

En ese caso, en nuestro país la figura del presidente de la república concentra importantes atribuciones de poder político-institucional y simbólico. La persona que obtiene dicho cargo se convierte en el jefe de gobierno que nombra y remueve a los ministros y viceministros; coordina las acciones de las diversas secretarías, ministerios e instituciones autónomas, así como otras atribuciones que establece el artículo 168 de la constitución y el reglamento interno del órgano ejecutivo. 

Fuente: Presidencia de El Salvador (2014)
Pero dadas las características de nuestro sistema, el presidente también asume la jefatura de estado que además de la representación en el exterior tiene una connotación simbólica ante la comunidad política del país. Una muestra retórica se observa en los discursos de toma de posesión cuando los presidentes evocan a la unidad, resaltan la figura del “pueblo” o promueven la construcción de acuerdos sociales; Salvador Sánchez Cerén lo mencionó el primero de junio: 

“Juntos podemos crear grandes oportunidades para el país. A través de la unión de todas las fuerzas productivas, económicas, políticas y sociales podremos hacer frente a estos temas. Porque, les vuelvo a repetir, unidos crecemos todos […] No olvidemos que somos un solo pueblo. Una sola patria, donde cada uno de nosotros merece la oportunidad de vivir feliz y en paz…” [2]    
                       
Es evidente que en el transcurso de una gestión presidencial tanto las atribuciones institucionales como las simbólicas tendrán sus traslapes y existe la posibilidad que en varios momentos predomine la figura del jefe de gobierno, en especial cuando las circunstancias (propuestas de ley, toma de decisiones o implementar proyectos claves) así lo ameriten. Pero eso solo lo podremos observar en el transcurso de esta gestión presidencial.

 
La forma de gobierno presidencialista le otorga al presidente la legitimidad de sus acciones proveniente de su respaldo en las urnas así como las facultades institucionales para echar a andar su proyecto político (sin obviar los respectivos controles del Órgano Legislativo que inspiran la teoría de pesos y contrapesos) aunque eso también le implica al jefe de gobierno asumir responsabilidades a título individual como compartidas. 
 
En el primer caso -aunque resulte genérico y hasta romántico para algunos- el presidente, como jefe de gobierno asume responsabilidad de las decisiones[3] que tome ante las personas que votaron por él (o su partido). Será hasta el proceso electoral de 2019 cuando las personas que le apoyaron valorarán si cumplió o no sus expectativas para premiarle apoyando nuevamente a su partido o castigándole votando por otro candidato, también considerando la opción de no participar en el proceso electoral. 

Fuente: Presidencia de El Salvador (2014)
En la responsabilidad compartida -de las políticas implementadas- le acompañan al presidente otras instancias que componen el Órgano Ejecutivo: Las Secretarías de Estado dirigidas por Ministros (con colaboración de vice-ministros); El Consejo de Ministros (conformado por el Presidente, Vicepresidente y Ministros); las Secretarías de la Presidencia (unidades de apoyo al servicio de la presidencia) y los empleados (directores, técnicos y operarios) que trabajan en las diversas organizaciones a cargo del gobierno.  


Claro, el jefe de gobierno y su equipo de trabajo asume responsabilidades, pero ¿Cuáles son? Y ¿Ante quienes debe cumplir esas responsabilidades? En este momento es prematuro formular respuestas a ambas interrogantes, pero sí es posible provocar en los lectores una reflexión siguiendo dos ideas: la primera relativa a los compromisos adquiridos por el presidente y vicepresidente cuando en el contexto de la campaña electoral realizaron acercamientos, acuerdos y negociaciones con los diversos sectores a los cuales pidieron sus votos. Mentalmente podríamos hacer un flashback y regresar algunos meses cuando Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz difundían sus encuentros con representantes de organizaciones sociales, empresarios, cafetaleros, etc. Otra opción podría ser el plan de gobierno “El Salvador adelante”[4] porque ahí están enunciados y enumerados los compromisos (son 85) que el presidente (y su partido) asume en su cargo. 

Con la segunda idea, ¿quiénes son los destinatarios de esa responsabilidad gubernamental? En principio podríamos pensar que son las personas que votaron por Salvador y Óscar, aunque identificar ese cuerpo de electores resulta imposible por lo tanto serán aquellos que insistan, demanden por el cumplimiento de lo pactado. Aunque, estarán otras personas, grupos y organizaciones que no les votaron pero que ejercen presión política para que sus intereses se vean expresados en las medidas gubernamentales.   
   
Debo advertir que estas “pistas” sean consideradas con cautela, porque en definitiva serán las acciones emprendidas diariamente las que permitirán evidenciar si realmente los compromisos asumidos cumplen con la responsabilidad de sus cargos y quiénes resultan como beneficiarios. 



[1] Traducción de la frase escrita en 1945 por Franklin D. Roosevelt en el borrador de un discurso que estaba preparando en conmemoración del día de nacimiento de Thomas Jefferson (13 de abril): “Today we have learned in the agony of war that great power involves great responsibility”. Para consultar la versión borrador del discurso referirse a: http://www.fdrlibrary.marist.edu/daybyday/event/april-1945-4/ 

[2] Extracto tomado del discurso de Salvador Sánchez Cerén en la toma de posesión presidencial el 1 de junio de 2014. Consultar en: http://www.presidencia.gob.sv/discurso-prof-salvador-sanchez-ceren-presidente-de-la-republica/

[3] Decisiones expresadas en decretos ejecutivos, Iniciativas de ley a través de sus ministros, observaciones y vetos, sanción de leyes.   


[4] Se puede consultar el documento en el siguiente enlace: http://www.presidencia.gob.sv/wp-content/uploads/2014/06/478601347_doc-audio.pdf


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