POLÍTICA DE USO

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martes, 10 de junio de 2014

Dos discursos de Toma de Posesión, en perspectiva

Manuel Escalante, Departamento de Ciencias Jurídicas

Las comparaciones son odiosas, en ocasiones. Sin embargo, cuando se está frente a dos gobiernos: uno entrante y otro saliente, resulta necesario observar tanto los aspectos similares como los disimiles. Aunque es imposible comparar sustancialmente la labor del Presidente Funes –el saliente– con la del Presidente Sánchez Cerén –el entrante–, hoy por hoy, pues se está frente a dos realidades distintas: el primero estuvo en el cargo durante 1826 días aproximadamente, mientras que el segundo solo lleva un poco más de 15 días, lo cierto es que es posible comparar las ideas expuestas en el inicio de sus periodos presidenciales, a través de sus respectivos discursos de Toma de Posesión[i].

Si bien se necesitan más que palabras para cambiar la realidad de un país, pues estas se las lleva el viento, es innegable que estos discursos sirven como parámetros para entender cómo concibe el nuevo gobernante tanto la realidad del país (temas sensibles o problemas a resolver) como la dirección que habrá de seguirse (oportunidades o acciones a implementar) para transformarla en beneficio, en principio, de la sociedad. De la radiografía de la realidad y de las propuestas planteadas, incluso, es posible comprender la forma en que el gobernante percibe el bien común; lo que, sin duda, puede cambiar a lo largo del periodo presidencial.

El discurso de la Toma de Posesión no genera más que expectativas, pues solo el tiempo dirá si el camino trazado es realmente el seguido –al lector de estas líneas le corresponderá evaluar si el Presidente Funes cumplió con lo prometido en su discurso inaugural–. No obstante, estas expectativas son importantes pues determinan la actitud de la sociedad, o parte de ella, en sentido positivo o negativo, hacia la Presidencia de la República, máxime cuando el nuevo gobernante llama a tomar Acuerdos de Nación con todos los sectores políticos, económicos, sociales, religiosos y culturales.

Para muestra un botón: mientras los diputados de ARENA que integran la Junta Directiva de la Asamblea, por un lado, le dieron la espalda al Presidente Funes cuando este llegó a la mesa de honor de la Sesión Solemne, por el otro, recibieron efusivamente con abrazos al Presidente Sánchez Cerén. Un hecho que muestra un antes y un después con respecto de la actitud del partido ARENA, el principal de oposición, frente a quien ostenta la Presidencia de la República.

A continuación se comparan algunos temas sensibles o problemas a resolver que ambos se plantearon al inicio de su periodo, así como algunas oportunidades que identificaron o las acciones que se propusieron implementar, a largo de sus 5 años de su Presidencia.

Construir Acuerdos de Nación
Presidente Funes
Presidente Sánchez Cerén
La unidad nacional para construir un nuevo país desde el compromiso colectivo, “sin odio y sin resentimiento”.
La construcción de acuerdos de nación, para resolver los problemas y contribuir a las transformaciones estructurales.
El diálogo nacional como estrategia de desarrollo: creación del Consejo Económico Social (CES), integrado por los principales sectores económicos y sociales del país.
La creación de “núcleos ciudadanos conformados por sacerdotes católicos, pastores evangélicos, empresarios, trabajadores [y] académicos”, para alcanzar los acuerdos de nación.
La  reconciliación nacional, superando “nuestro complejo de víctimas, porque eso alimenta el odio, la autoconmiseración, el revanchismo y las disculpas fáciles”.
La reivindicación de la memoria histórica, para ayudar “a que las familias conozcan la verdad”.

Ambos estimaron necesario hacer un llamado a la Unidad Nacional o a la construcción de Acuerdos de Nación. Sin embargo, mientras el Presidente Funes pensó en institucionalizar la concertación a través del CES, parece que el Presidente Sánchez Cerén promueve la articulación ciudadana en pequeños agrupaciones, pero siempre con el mismo objetivo de alcanzar acuerdos. Finalmente, mientras parece que el primero hace un llamado al perdón y olvido con respecto a nuestro pasado bélico, el segundo llama a no olvidar esa historia ni a sus protagonistas. Incluso mencionó de forma explícita a “los soldados y oficiales del ejército que murieron en cumplimento de su deber”, al mismo tiempo que le brindó un reconocimiento “al querido líder Schafik Jorge Handal y a mi maestra y compañera de lucha Mélida Anaya Montes”; antes de finalizar su discurso, también agregó que “es tiempo de asumir la responsabilidad con las personas lisiadas y los excombatientes”.

Combatir la Delincuencia.
Presidente Funes
Presidente Sánchez Cerén
“Nuestra democracia se encuentra acechada por las fuerzas oscuras del narcotráfico y el crimen organizado, por las acciones de la delincuencia”.

“Vamos a enfrentar todas las formas de delito, en especial el crimen organizado y su rostro más dantesco, el narcotráfico”.
“La seguridad ciudadana requiere que trabajemos unidos contra el crimen organizado, el narcotráfico, las extorsiones y toda expresión de violencia… La Fuerza Armada continuará acompañando las labores de la Policía Nacional Civil”.
“Daremos todo nuestro apoyo a los buenos policías que son mayoría en nuestro órgano de seguridad, pero identificaremos y castigaremos con rigor a aquellos pocos que se desvíen de su función y se vuelvan cómplices de estos criminales. Es así, en forma gradual y localizada, que el narcotráfico comienza a infiltrarse y transforma gobiernos y gobernantes en sus rehenes”
“Fortaleceremos y continuaremos la depuración de la PNC”.

“Modernizaremos el sistema penitenciario para revertir las condiciones de hacinamiento y convertir en nuestros centros penales en verdaderos espacios de rehabilitación. Combatiremos el ocio carcelario con un esquema de trabajo que capacite a los internos para que puedan incorporarse a actividades laborales y a una plena reinserción en la sociedad”.


El combate al crimen organizado y al narcotráfico son problemas estructurales que afectan la seguridad ciudadana día a día, por ello no es extraño que ambos Presidentes los mencionaran de forma directa. Como también es lógico que prometieran la depuración de la Policía Nacional Civil, pues al ser la institución al frente en el combate contra la criminalidad corre el peligro de ser infiltrada –tal como señalaba el Presidente Funes–. Ahora bien, después de cinco años es obvio que han aparecido nuevos retos a enfrentar, tales como el combate a la extorsión, el uso de la Fuerza Armada en tareas de Seguridad Pública y la transformación del sistema carcelario en un verdadero espacio de reinserción. La extorsión es un problema que no solo afecta la libertad y seguridad de las personas, sino también el normal desarrollo del comercio: es un mal que daña tanto a quien extorsionan como a la sociedad en su conjunto. Aunque el Presidente Funes aumentó el número de efectivos militares en el acompañamiento de la policía, nada dijo al respecto en su discurso inaugural; sin embargo, el Presidente Sánchez Cerén inició prometiendo que mantendrá a los militares en la calle. Por su parte, la urgente transformación del sistema carcelario ya no se puede ignorar. De nada sirve enviar a prisión a los delincuentes, ella solo les sirve para mejorar sus acciones delictivas cuando estén en libertad. Finalmente, llama la atención que en ambos discursos no se hizo ninguna referencia explícita a las maras o la tregua, cuando mediáticamente se mantiene como el tema del momento.

Fortalecer las Finanzas Públicas.
Presidente Funes
Presidente Sánchez Cerén
Implementar “un programa de austeridad, con una fuerte restricción del gasto superfluo evitar gastos superfluos”.
“La ética de los favores tiene que ser sustituida por la ética de la competencia sana y democrática, transparencia, combate a la corrupción y a todas las formas de despilfarro y desvió del dinero público, serán cosas sagradas en nuestro gobierno”.
Ejercer “la Presidencia con honradez, austeridad, eficiencia y transparencia”.

“Los recursos del pueblo son sagrados y sólo se utilizarán para favorecer el desarrollo y el bienestar del mismo. Tal como se hizo en este gobierno, continuaremos con el compromiso de no más corrupción”.
Implementar un “programa de combate a la elusión, a la evasión, al contrabando y a la corrupción: “se han distorsionado la función pública al consentir la corrupción en el aparato del Estado”.
“El proceso de modernización del Estado tendrá como base un férreo combate a la corrupción, a la evasión de impuestos y a la elusión fiscal”.
Ahorrar recursos mediante la racionalización y focalización de los subsidios.


La aplicación efectiva de la austeridad y la transparencia, así como el combate a la elusión, la evasión y la corrupción, son medidas aún pendientes dentro de la administración de las Finanzas Públicas. Sin duda, la corrupción y el mal uso de los recursos son problemáticas estructurales en el uso del dinero público, que están impidiendo el desarrollo económico y social del país. Aunque corregir la mala administración es un asunto necesario, sobre todo por los ejemplos que transmite dentro de la sociedad, no es suficiente para mejorar la situación económica nacional. Por otro lado, llama la atención que el Presidente Sánchez Cerén no mencionara de forma explícita al contrabando y la racionalización de los subsidios: su ausencia o fue un desliz en la construcción del discurso, o fue porque –ojalá no– se consideran problemáticas ya resueltas.

En fin, son muchos los temas que se podrían comparar (fortalecimiento de la integración, modernización del Estado, mejoras a la situación económica, etc.), sin embargo los antes analizados pueden ser suficientes para hacerse una idea que, prácticamente, tanto en los 5 años anteriores como en los próximos, el Presidente de la República se enfrenta a problemáticas similares –o por lo menos así lo conciben estos Presidentes–. Si bien estos periodos presidenciales se enfrentan a problemáticas similares y, al parecer, tomarán acciones cercanas, todavía es muy prematuro para afirmar que ambos tendrán el mismo final. Máxime si tomamos en cuenta que las expectativas de la sociedad aumentan o disminuyen, en relación directa con las acciones u omisiones del Presidente en su día a día. Al Presidente Sánchez Cerén aún le queda mucho camino para demostrar que efectivamente Mons. Romero “guiará a este nuevo gobierno”.

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