POLÍTICA DE USO

La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y la Maestría en Ciencia Política no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores, las cuales son de su exclusiva responsabilidad.

viernes, 25 de julio de 2014

Fomilenio II y la mentalidad del cemento

Carlos Hernández, Departamento de Filos0fía

Aparentemente con la reciente aprobación de la Ley contra el lavado de dinero por parte de la Asamblea Legislativa –y si pasa de ahora en adelante con el aval del Ejecutivo– el dinero del llamado Fomilenio II destinado para el “desarrollo” de la zona costera del país se desembolsará en los próximos meses. A pesar de las reservas hasta ahora mostradas toda apunta a que se iniciarán obras para el “progreso” de los pueblos y ciudades cercanas a la costa salvadoreña. La noticia en principio es buena. No obstante, hay que tener presente que existe la posibilidad de que esas obras causen algún tipo de daño ambiental en la zona en complicidad de gobernantes locales con tal de utilizar esos recursos.

Hacer calles o asfaltarlas, remodelar parques,  edificaciones, rutas turísticas,  etc., sin duda serán algunas de las acciones que se harán con ese dinero proveniente de Estados Unidos. Cada una de esas obras se deben de hacer siempre y cuando se haga con cierta sensibilidad y consideración por el medio ambiente y no solo por progresar. Sobre este último punto es que en este breve artículo se quiere llamar la atención, sobre todo cuando se tienen dirigentes políticos locales quienes por alguna lógica extraña identifican progreso con cemento. En muchos casos cuando a algún alcalde de ciudades o pueblos pretende “mejorar” caminos rurales o urbanos, el cemento es la solución; cuando se deciden a remodelar un parque, el cemento es indispensable acompañado de la tala de árboles frondosos y/o legendarios; si hace falta un espacio lúdico para eventos de entretenimiento, ahí está el cemento.

Esta fijación con el cemento hace que normalmente las obras de “progreso”, según quienes las llevan a cabo,  no se considere en lo más mínimo la armonía entre este producto de construcción y distintos elementos naturales de importancia para el cuido y equilibrio medio ambiental. Los árboles por ejemplo,  sobre todo en las zona costera donde hay mucho calor, juegan un papel de mitigante frente a las altas temperaturas y el sol. Es probable que los arquitectos que diseñan las obras de progreso con cemento sean los culpables de no considerar la anterior armonía o quizás ni siquiera sean expertos en diseños arquitectónicos quienes elaboren los planos sino empleados municipales “creativos” con nulo o poco conocimiento especializado en la materia y por tanto, terminan por hacer destrozos ecológicos y estéticos (ver fotos 1 y 2).


Foto 1: “Remodelación de parque municipal” en el municipio costero de San Juan Talpa, Depto. La Paz. Fotografía: Carlos Hernández, julio de 2014

Foto 2: El parque de este municipio sufre su segunda modificación en menos de 10 años donde se han cortado árboles importantes y secados otros sin que se haya hecho una adecuada reforestación ni se haya sancionado por parte del MARN a los responsables por daño causado. 

Dado el peligro que representan este tipo de políticos cementeros, el ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) debe de asumir un rol más protagónico, debe de estar alerta frente a todo lo que se viene con el Fomilenio 2. Su fin debe ser el de regular en la medida de lo posible  que, tanto políticos locales como pequeños, medianos o grandes empresarios, en nombre del cemento (o progreso) no terminen por hacer una regresión que tenga consecuencias ecológicas graves que luego se traducen en enfermedades o “desastres naturales”.

martes, 15 de julio de 2014

¿Para qué puede servir el fútbol? – Reflexión de un aficionado al fútbol como sociólogo.

Luis Eduardo Aguilar Vásquez, Departamento de Sociología y Ciencias Políticas 

Cuando se observan los medios de comunicación, el fútbol abarca la mayor cantidad de  espacios en  El Salvador en cuanto a cobertura deportiva (sobre todo en este último mes donde se llevó a cabo la copa del mundo ganada por Alemania). Existen muchas posturas positivas y negativas hacia este deporte, y la idea es hacerlas explícitas para demostrar ¿para qué puede servir el fútbol?

Este popular deporte tiene varias funciones, para algunos es un simple juego y para otros una forma de ganarse la vida. Otros lo usan como negocio o lo siguen como ideología que llega a considerarse una pasión casi como una religión. Lo anterior nos permite reconocer que el fútbol forma parte del mundo actual ya sea en mayor o menor importancia.

Para quienes nos gusta podemos identificar una serie de situaciones consideradas como positivas, ya que en él se mezclan las alegrías, tristezas y luchas de los seres humanos tal como en la vida diaria. Además, se puede también reconocer que en el fútbol como en la vida a veces la malicia- y hasta en algunos casos la trampa- hace ganar al oportunista y no al que parece merecerlo. El fútbol puede representar ese lugar donde se exige que se me trate con respeto y en igualdad de condiciones y que es como la vida misma: emocionante ó aburrido, predecible o sorpresivo… en fin lleno de posibilidades. En ese sentido, el fútbol puede ayudarnos a entender la naturaleza humana, es más el fútbol para eso debería de servir.

Sin embargo, en el aspecto negativo el fútbol sobretodo el profesional ha actuado muchas veces como legitimador de la desigualdad social, o incluso causante de alienación. Puede ser que la profesionalización del juego lo haya convertido en negocio, donde los poderosos observan la posibilidad de sobrepasar los límites de lo puramente deportivo aprovechando la pasión de los jugadores y los aficionados. Es ahí dónde surge el problema.

El fútbol se ha convertido en instrumento de algunos grupos de poder.  Ya que las personas necesitan creer en algo y el fútbol les permita soñar con una gloria ficticia (al menos para los aficionados), pero que nos aleja del entendimiento de las demandas sociales. Por ejemplo, la afición al fútbol no debe de impedir la exigencia del derecho a grandes mayorías de la población a una vida larga y saludable, a una educación ó a obtener un mejor ingreso, ni mucho menos a la resignación de vivir en pobreza y miseria.

Si el fútbol entorpece el entendimiento de mi derecho humano y el derecho humano de las grandes mayorías, entonces el deporte actúa como un adormecedor de los problemas. Por tanto, entendemos que el fútbol puede servir tanto para entender la naturaleza más profunda del ser humano, así como para alejarnos de esta.

La idea es que el fútbol ni ningún deporte puede ser justificador de la desigualdad social más allá de lo deportivo en ningún aspecto y eso lo debemos tener claro sobre todo a aquellos a los que nos gusta este deporte.





viernes, 11 de julio de 2014

Reacciones desaforadas

Ricardo Ribera, Departamento de Filosofía

Exageradas las reacciones de Arena a raíz del desafuero de la diputada Ana Vilma de Escobar. Sus voceros, los de la empresa privada y columnistas afines hablan de “persecución política”, de ruptura del clima de diálogo y entendimiento, de que el partido FMLN está destruyendo los puentes entre gobierno y oposición. ¿Será cierto que sólo una de las partes es responsable del tensionamiento que se ha generado? ¿No habrá alguna culpabilidad en la que ahora quiere presentarse como víctima?

La diputada y sus amigos exigen “presunción de inocencia”  para la acusada por calumnia y difamación, pero le aplican “presunción de culpabilidad” a Mauricio Funes.  Ana Vilma de Escobar, en plena campaña electoral, no tuvo empacho en decir montón de cosas y hacer toda suerte de conjeturas sobre el entonces presidente. Lo señaló de alcohólico y drogadicto. Mucho atrevimiento, para que quedara sin consecuencias.

Ciertamente se dieron varias circunstancias coincidentes: que un aparatoso accidente de tráfico se diera en las cercanías de la residencia presidencial, que esa misma madrugada el gobernante hubiera regresado al país en un vuelo privado, que horas después tuviese que ser ingresado a un hospital aquejado de una fractura de cadera. Todo ello dio pie a un alud de rumores y la diputada cometió la imprudencia de darles credibilidad, difundirlos ante los medios y solicitar su investigación.

Enfrentada ahora a la posibilidad de tener que encarar en los tribunales un juicio por calumnia y difamación ella debería probar las siguientes cosas: que Mauricio Funes estaba en el Ferrari que se accidentó esa noche, que su hospitalización fue demorada por estar “alcoholizado”, que lleva una “vida desordenada”, que él “consume alcohol y otras sustancias”. Todos pudimos ver y oír en televisión las declaraciones de Ana Vilma de Escobar, por lo que resulta de sentido común considerar que son “indicio de configuración de delito”. A no ser que la señora pudiese comprobar que sus afirmaciones son verídicas. Esto último no debe ser fácil, o tal vez resulte imposible, a juzgar por los intentos desesperados de ella y sus amigos para no perder el fuero y evitar llegar a tribunales.

El primer truco fue – aunque clamaban contra la necesidad de instalar una comisión de ante-juicio – apuntarse para formar parte de la misma. Con ello lograron una correlación favorable: 3 votos de Arena, uno del ex-PDC y otro de PCN, suman 5 votos con los que sobrepasar los 3 de FMLN y 1 de GANA. Sin buscar una resolución de consenso, aplicando la aritmética simple de la mayoría, forzaron un dictamen de “no ha lugar” para mantenerle el fuero.

Se les olvidó que la aritmética que cuenta es la del pleno de la Asamblea Legislativa. El FMLN ha aprendido los ardides del parlamentarismo burgués y lo demostró una vez más: dado que, emitido el dictamen, técnicamente la comisión especial deja de existir, se adujo que no tenía sentido rechazar el dictamen para devolverlo a una ya inexistente comisión, y se procedió a votar la solicitud de ante-juicio del fiscal, procediendo a retirarle el fuero a la parlamentaria por mayoría simple de 44 votos.

De nada sirvió haber llevado una “barra” de alrededor de 200 personas que gritaban su respaldo a la diputada, ni su ambiguo discurso de “lamentar” los hechos y declaraciones de ese día, que  no fue aceptado como disculpas públicas por la bancada efemelenista. Respaldaron a Mauricio Funes quien expresó en su momento que quería “sentar un precedente”. Habitual ha sido en el país que “cualquiera puede decir cualquier cosa de cualquiera y no pasa nada”. Eso debe terminarse y darle seriedad a los delitos contra el honor, terminando con la impunidad en este tema.

Acciones delictuosas han de ser juzgadas, pues nadie está por encima de la ley, ni tan siquiera el legislador. Sólo que existe un  procedimiento especial para ello, el proceso de ante-juicio o de desafuero, por el que los propios colegas, de buena fe, deben determinar si hay indicios de acción delictiva y, en tal caso, suspender provisoriamente la inmunidad al parlamentario, que enfrentará en los tribunales de justicia la acusación de que es objeto.

El hecho es que Arena no tiene correlación en la Asamblea Legislativa para imponer su capricho en estos procesos, como acabamos de comprobar. Tampoco es claro que Ana Vilma de Escobar tenga correlación dentro de su partido Arena, para mantener por mucho tiempo la solidaridad y apoyo que hoy obtuvo. Si quedase inhabilitada para su reelección como diputada (igual el caso de Roberto d´Aubuisson y el de Ernesto Muyshondt) sin duda habrá rivales que se alegrarán. “Al fin y al cabo – dirán para sus adentros – ¿quién les mandaba abrir la boca y decir lo que dijeron?

miércoles, 9 de julio de 2014

Crisis humanitaria: vía libre para violar los derechos humanos de la niñez.

Moisés Gómez, Departamento de Filosofía


“…es soberano quien decide el estado de excepción” C. Schmitt.

Estados Unidos ha declarado el Estado de emergencia ante la marejada de niños, niñas y adolescentes no acompañados (NNA) arribando a sus fronteras. El estado de emergencia que Estados Unidos quiere aplicar al problema de la migración infantil irregular se funda en una vieja estrategia de los Estados “imperio” de decretar el Estado de excepción. Este se define como un espacio vacío en donde aparece una acción humana sin relación con el derecho (huir por la violencia para el caso de los niños emigrantes) que tiene frente a sí una norma sin relación con la vida (la seguridad -public safety-de los Estados Unidos). El Estado de excepción es una tierra de nadie donde aparece siendo legal aquello que de ninguna forma puede ser legal: no reconocer la dignidad de la persona humana.

Giorgio Agamben dedicó un estudio profundo a fin de comprender esta realidad cuasi-jurídica y justamente la relaciona con los Estados Unidos en su combate al terrorismo, Agamben destaca las consecuencias derivadas del Estado de excepción para la vida humana cuyo significado:

inmediatamente biopolítico del estado de excepción como estructura original en que el derecho incluye en sí al viviente por medio de su propia suspensión se manifiesta con claridad en la military order promulgada por el presidente de los Estados Unidos el 13 de noviembre del 2001, que autoriza la indefinite detention y el procesamiento por military commissions (que no hay que confundir con los tribunales militares previstos para tiempos de guerra) de los no-ciudadanos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas. La novedad de la orden del presidente Bush consiste en eliminar radicalmente cualquier estatuto jurídico para determinados individuos, produciendo de esta forma un ser jurídico innombrable e inclasificable"[1]


Tenemos entonces que concluir que el Estado de emergencia o Estado de excepción es una realidad política que construye seres jurídicos innombrables e inclasificables en orden de hacer valer normas sin relación con la vida. El Estado de emergencia o Estado de excepción tiene como fundamento o axioma jurídico la idea que la necesidad no tiene ley, este axioma legal podría entenderse de dos formas: no reconocer ley establecida (para el caso de los NNA rechazar la Convención de los derechos de los niños o desconocer la Declaración universal de los derechos humanos, por ejemplo) y por otra parte la idea de que la necesidad crea su propia ley…(para el caso de los NNA impedir por ley la reunificación familiar y/o crear leyes antiinmigrantes)  

En el desarrollo de la crisis humanitaria de la niñez emigrante irregular vemos que Obama ya ordenó el proceso de conversión de los niños, niñas y adolescentes hacia seres innombrables e inclasificables a los que no hay ley o derecho nacional o internacional que los proteja; Obama y el Congreso de los Estados Unidos han puesto entre paréntesis toda legislación relativa a los derechos humanos y sobre todo ponen en sospecha el que los derechos humanos son inherentes a la persona y no a su nacionalidad o edad o situación migratoria. Los NNA ya están siendo detenidos, han sido recluidos en bases militares y están siendo custodiados por fuerzas militares. Obama ya pasó por alto el criterio de las cortes y se adelantó al resultado del proceso jurídico cuando afirmó que todos los niños serán deportados hacia sus países de origen.

La pregunta que nos debemos hacer es ¿quién creó la crisis humanitaria? Obviamente no la han creado los niños que emigran en su mayoría por la violencia, que sufren en los países del triángulo norte (Honduras, Guatemala y El Salvador); en realidad los niños están huyendo de situaciones que ellos no han creado; en primer lugar los niños son las víctimas de una geopolítica que favorece un desarrollo económico injusto. En segundo lugar, se dice que la niñez está huyendo de la violencia social provocada por pandillas pero hay que recordar que las pandillas son efecto de una desigualdad social, el hecho que los países del triángulo norte no ataquen el problema pandilleril tampoco es responsabilidad de los NNA, además, en tercer lugar, estructuralmente primero está la violencia económica y de esta violencia tampoco son responsables los niños.

En cuarto y último lugar se recrimina que las familias son irresponsables al enviar a sus hijos con traficantes y que al hacerlo así demuestran que no quieren a sus hijos;  en su defensa hay que decir que las familias a las que pertenecen estos niños no se han roto o desintegrado porque los padres sean irresponsables sino porque el sistema económico, impuesto y cuidado por entidades como la Organización Mundial de Comercio (OMC), esclaviza y paga poco y cada vez hay que ir más al norte para conseguir lo que en el sur siendo rico ha sido extraído por inversionistas del norte. Con todo si Estados Unidos ampliara y revalorara dar visas  para que estos niños pudiesen visitar a sus padres no habría necesidad de recurrir a los coyotes, si de hecho viajar legal cuesta menos que hacerlo ilegalmente.

Objetivamente la crisis humanitaria la crea Estados Unidos para resolver por medios ilegales un problema humano muy delicado cuya radiografía nos indica que la globalización económica no sirve para más de tres cuartas partes de la humanidad.




[1] IGNACIO CARVAJAL R, PATRICIO. (2006). Agamben, Giorgio, Estado de Excepción (homo sacer II, 1). Revista chilena de derecho, 33(1), 197-205. Recuperado en 09 de julio de 2014, de http://bit.ly/VXa9jy

martes, 1 de julio de 2014

No “zeder” a la ANEP

Ricardo Ribera, Departamento de Filosofía

Fuente:La Prensa Gráfica, 24/06/2014

En el último Encuentro Nacional de la Empresa Privada, Enade XIV, la ANEP quiso, al parecer, agarrar desprevenido al presidente Salvador Sánchez Cerén. Es decir, en pleno Mundial de fútbol, quiso meterle un gol al presentarle como propuesta central impulsar en el país las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, ZEDEs.

El mandatario aceptó y agradeció el documento de conclusiones, pero no se comprometió a nada. El presidente, como buen político, sabe ser diplomático. Que sea una persona sencilla no quiere decir que sea ningún tonto. Los directivos de la ANEP esta vez se pasaron de listos.

La trampa que esconde la idea de las ZEDEs es bastante evidente.[1] Ya pueden traer a expertos de instituciones conservadoras, como el Cato Institute o la neoliberal Escuela de Chicago, para hablar maravillas del novedoso concepto: ni convencen ni confunden.

Invitaron inicialmente al presidente hondureño, con igual objetivo, lo que fue visto como una provocación y un craso error. En la Asamblea Legislativa incluso hubo quien propuso declararlo “persona non grata” y negarle la entrada al país, por el desplante que hizo a la ceremonia de traspaso de mando y su postura en el contencioso por la isla Conejo. Fue el propio gobernante del país vecino quien al final declinó acudir, ante las reacciones que había levantado el anuncio de su visita.

De hecho ha sido en Honduras donde primero cuajó la idea de crear las “ciudades modelo”, algo muy semejante a las ZEDEs. Ya por dos veces la iniciativa fue declarada inconstitucional en el vecino país. Se removió a magistrados para abrirle paso a la primera de ellas, la cual debería empezar a funcionar el próximo año.

No es de extrañar que el primer país para probar el nuevo experimento neoliberal sea Honduras dado que ésta fue en su tiempo la “república bananera” por excelencia. Las compañías fruteras norteamericanas desarrollaron ahí “economías de enclave”. Eran regiones desvinculadas de la economía nacional, donde las normas que regían eran las de los empresarios extranjeros.

Desarrollaron una suerte de extraterritorialidad, con exención del pago de impuestos, importación libre de productos, condiciones laborales al margen de la legislación nacional, aparato propio de seguridad. Incluso moneda propia tenían. Constituyeron un estado dentro del estado. Los sobornos, el patrocinio de carreras políticas, la organización de golpes de estado y la influencia en la política parlamentaria, convirtieron a las bananeras en actores políticos de primer orden.

El término “república  bananera” fue sinónimo de la falta de soberanía propia, de la pérdida de control sobre el territorio, del sometimiento y abandono de la dignidad.[2] Estrategia empresarial abusiva, en su lógica es similar al concepto de “municipios-santuario” que en su momento manejaron los jefes e ideólogos de pandillas. La meta es obtener un control territorial en regiones donde el Estado no entre, donde no se entrometa. Para disponer así de vidas y haciendas en dichas zonas.

El razonamiento de los avispados dirigentes de la gremial empresarial es claro y transparente: “perdimos las elecciones, ganó nuevamente la izquierda y está otra vez en el gobierno; pero podemos sustraer partes del país a su poder y control si nos aceptan la idea de las ZEDEs”. Trasladar ahí empresas e inversiones, a zonas económicas especiales, donde regirían las normas que decidan sus “administradores”.

Obviamente, todo esto sería imposible con la legislación vigente. Sus propios impulsores han explicado que se necesitaría reformar 18 leyes y crear otras seis nuevas para operativizar la idea.[3] Es decir: las ZEDEs implican “zeder” soberanía a grupos empresariales para que levanten en el país sus paraísos fiscales y sus campos de trabajo. Cual oasis de reproducción de plusvalía: ajenos a leyes laborales, al salario mínimo, a la jornada de ocho horas, a derechos sindicales, a la seguridad social… No les va a doler tanto seguir perdiendo elecciones, si se les permite gobernar sus propias islas de capitalismo salvaje. Ante esta pretensión: ¡no hay que “zeder”!






[1] Véanse los lúcidos análisis del padre José María Tojeira: El festival conservador de la ANEP, CoLatino, 24 de junio 2014 (http://nuevaweb.diariocolatino.com/el-festival-conservador-de-anep/ ) y Desarrollo y futuro, La Prensa Gráfica, 26 de junio 2014 (http://www.laprensagrafica.com/2014/06/26/desarrollo-y-futuro)

[2] Véase Posas, Mario: La plantación bananera en Centroamérica (1870-1929), en FLACSO: “Historia General de Centroamérica”, Tomo IV, San José, 1994.


[3] La Prensa Gráfica, “Apuestan a las reformas legales y proponen considerar las ZEDE”, martes 24 de junio de 2014, pág. 6.