Fuente:La Prensa Gráfica, 24/06/2014 |
En el último
Encuentro Nacional de la
Empresa Privada, Enade XIV, la ANEP quiso, al parecer, agarrar
desprevenido al presidente Salvador Sánchez Cerén. Es decir, en pleno Mundial
de fútbol, quiso meterle un gol al presentarle como propuesta central impulsar en
el país las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, ZEDEs.
El mandatario
aceptó y agradeció el documento de conclusiones, pero no se comprometió a nada.
El presidente, como buen político, sabe ser diplomático. Que sea una persona
sencilla no quiere decir que sea ningún tonto. Los directivos de la ANEP esta vez se pasaron de
listos.
La trampa que
esconde la idea de las ZEDEs es bastante evidente.[1]
Ya pueden traer a expertos de instituciones conservadoras, como el Cato
Institute o la neoliberal Escuela de Chicago, para hablar maravillas del
novedoso concepto: ni convencen ni confunden.
Invitaron
inicialmente al presidente hondureño, con igual objetivo, lo que fue visto como
una provocación y un craso error. En la Asamblea Legislativa
incluso hubo quien propuso declararlo “persona non grata” y negarle la entrada
al país, por el desplante que hizo a la ceremonia de traspaso de mando y su
postura en el contencioso por la isla Conejo. Fue el propio gobernante del país
vecino quien al final declinó acudir, ante las reacciones que había levantado
el anuncio de su visita.
De hecho ha
sido en Honduras donde primero cuajó la idea de crear las “ciudades modelo”,
algo muy semejante a las ZEDEs. Ya por dos veces la iniciativa fue declarada inconstitucional
en el vecino país. Se removió a magistrados para abrirle paso a la primera de
ellas, la cual debería empezar a funcionar el próximo año.
No es de
extrañar que el primer país para probar el nuevo experimento neoliberal sea
Honduras dado que ésta fue en su tiempo la “república bananera” por excelencia.
Las compañías fruteras norteamericanas desarrollaron ahí “economías de
enclave”. Eran regiones desvinculadas de la economía nacional, donde las normas
que regían eran las de los empresarios extranjeros.
Desarrollaron
una suerte de extraterritorialidad, con exención del pago de impuestos,
importación libre de productos, condiciones laborales al margen de la
legislación nacional, aparato propio de seguridad. Incluso moneda propia
tenían. Constituyeron un estado dentro del estado. Los sobornos, el patrocinio de
carreras políticas, la organización de golpes de estado y la influencia en la
política parlamentaria, convirtieron a las bananeras en actores políticos de
primer orden.
El término “república bananera” fue sinónimo de la falta de
soberanía propia, de la pérdida de control sobre el territorio, del
sometimiento y abandono de la dignidad.[2]
Estrategia empresarial abusiva, en su lógica es similar al concepto de
“municipios-santuario” que en su momento manejaron los jefes e ideólogos de pandillas.
La meta es obtener un control territorial en regiones donde el Estado no entre,
donde no se entrometa. Para disponer así de vidas y haciendas en dichas zonas.
El razonamiento
de los avispados dirigentes de la gremial empresarial es claro y transparente:
“perdimos las elecciones, ganó nuevamente la izquierda y está otra vez en el
gobierno; pero podemos sustraer partes del país a su poder y control si nos
aceptan la idea de las ZEDEs”. Trasladar ahí empresas e inversiones, a zonas
económicas especiales, donde regirían las normas que decidan sus
“administradores”.
Obviamente,
todo esto sería imposible con la legislación vigente. Sus propios impulsores
han explicado que se necesitaría reformar 18 leyes y crear otras seis nuevas para
operativizar la idea.[3]
Es decir: las ZEDEs implican “zeder” soberanía a grupos empresariales para que
levanten en el país sus paraísos fiscales y sus campos de trabajo. Cual oasis
de reproducción de plusvalía: ajenos a leyes laborales, al salario mínimo, a la
jornada de ocho horas, a derechos sindicales, a la seguridad social… No les va
a doler tanto seguir perdiendo elecciones, si se les permite gobernar sus
propias islas de capitalismo salvaje. Ante esta pretensión: ¡no hay que “zeder”!
[1] Véanse los lúcidos
análisis del padre José María Tojeira: El
festival conservador de la ANEP,
CoLatino, 24 de junio 2014 (http://nuevaweb.diariocolatino.com/el-festival-conservador-de-anep/
) y Desarrollo y futuro, La Prensa Gráfica, 26 de junio
2014 (http://www.laprensagrafica.com/2014/06/26/desarrollo-y-futuro)
[2] Véase Posas, Mario: La plantación bananera en Centroamérica
(1870-1929), en FLACSO: “Historia General
de Centroamérica”, Tomo IV, San José, 1994.
[3] La Prensa Gráfica, “Apuestan a las reformas legales y proponen considerar las ZEDE”,
martes 24 de junio de 2014, pág. 6.
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