POLÍTICA DE USO

La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y la Maestría en Ciencia Política no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores, las cuales son de su exclusiva responsabilidad.

martes, 1 de julio de 2014

No “zeder” a la ANEP

Ricardo Ribera, Departamento de Filosofía

Fuente:La Prensa Gráfica, 24/06/2014

En el último Encuentro Nacional de la Empresa Privada, Enade XIV, la ANEP quiso, al parecer, agarrar desprevenido al presidente Salvador Sánchez Cerén. Es decir, en pleno Mundial de fútbol, quiso meterle un gol al presentarle como propuesta central impulsar en el país las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, ZEDEs.

El mandatario aceptó y agradeció el documento de conclusiones, pero no se comprometió a nada. El presidente, como buen político, sabe ser diplomático. Que sea una persona sencilla no quiere decir que sea ningún tonto. Los directivos de la ANEP esta vez se pasaron de listos.

La trampa que esconde la idea de las ZEDEs es bastante evidente.[1] Ya pueden traer a expertos de instituciones conservadoras, como el Cato Institute o la neoliberal Escuela de Chicago, para hablar maravillas del novedoso concepto: ni convencen ni confunden.

Invitaron inicialmente al presidente hondureño, con igual objetivo, lo que fue visto como una provocación y un craso error. En la Asamblea Legislativa incluso hubo quien propuso declararlo “persona non grata” y negarle la entrada al país, por el desplante que hizo a la ceremonia de traspaso de mando y su postura en el contencioso por la isla Conejo. Fue el propio gobernante del país vecino quien al final declinó acudir, ante las reacciones que había levantado el anuncio de su visita.

De hecho ha sido en Honduras donde primero cuajó la idea de crear las “ciudades modelo”, algo muy semejante a las ZEDEs. Ya por dos veces la iniciativa fue declarada inconstitucional en el vecino país. Se removió a magistrados para abrirle paso a la primera de ellas, la cual debería empezar a funcionar el próximo año.

No es de extrañar que el primer país para probar el nuevo experimento neoliberal sea Honduras dado que ésta fue en su tiempo la “república bananera” por excelencia. Las compañías fruteras norteamericanas desarrollaron ahí “economías de enclave”. Eran regiones desvinculadas de la economía nacional, donde las normas que regían eran las de los empresarios extranjeros.

Desarrollaron una suerte de extraterritorialidad, con exención del pago de impuestos, importación libre de productos, condiciones laborales al margen de la legislación nacional, aparato propio de seguridad. Incluso moneda propia tenían. Constituyeron un estado dentro del estado. Los sobornos, el patrocinio de carreras políticas, la organización de golpes de estado y la influencia en la política parlamentaria, convirtieron a las bananeras en actores políticos de primer orden.

El término “república  bananera” fue sinónimo de la falta de soberanía propia, de la pérdida de control sobre el territorio, del sometimiento y abandono de la dignidad.[2] Estrategia empresarial abusiva, en su lógica es similar al concepto de “municipios-santuario” que en su momento manejaron los jefes e ideólogos de pandillas. La meta es obtener un control territorial en regiones donde el Estado no entre, donde no se entrometa. Para disponer así de vidas y haciendas en dichas zonas.

El razonamiento de los avispados dirigentes de la gremial empresarial es claro y transparente: “perdimos las elecciones, ganó nuevamente la izquierda y está otra vez en el gobierno; pero podemos sustraer partes del país a su poder y control si nos aceptan la idea de las ZEDEs”. Trasladar ahí empresas e inversiones, a zonas económicas especiales, donde regirían las normas que decidan sus “administradores”.

Obviamente, todo esto sería imposible con la legislación vigente. Sus propios impulsores han explicado que se necesitaría reformar 18 leyes y crear otras seis nuevas para operativizar la idea.[3] Es decir: las ZEDEs implican “zeder” soberanía a grupos empresariales para que levanten en el país sus paraísos fiscales y sus campos de trabajo. Cual oasis de reproducción de plusvalía: ajenos a leyes laborales, al salario mínimo, a la jornada de ocho horas, a derechos sindicales, a la seguridad social… No les va a doler tanto seguir perdiendo elecciones, si se les permite gobernar sus propias islas de capitalismo salvaje. Ante esta pretensión: ¡no hay que “zeder”!






[1] Véanse los lúcidos análisis del padre José María Tojeira: El festival conservador de la ANEP, CoLatino, 24 de junio 2014 (http://nuevaweb.diariocolatino.com/el-festival-conservador-de-anep/ ) y Desarrollo y futuro, La Prensa Gráfica, 26 de junio 2014 (http://www.laprensagrafica.com/2014/06/26/desarrollo-y-futuro)

[2] Véase Posas, Mario: La plantación bananera en Centroamérica (1870-1929), en FLACSO: “Historia General de Centroamérica”, Tomo IV, San José, 1994.


[3] La Prensa Gráfica, “Apuestan a las reformas legales y proponen considerar las ZEDE”, martes 24 de junio de 2014, pág. 6.

No hay comentarios:

Publicar un comentario