POLÍTICA DE USO

La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y la Maestría en Ciencia Política no se hacen responsables de las opiniones vertidas por los autores, las cuales son de su exclusiva responsabilidad.

miércoles, 9 de julio de 2014

Crisis humanitaria: vía libre para violar los derechos humanos de la niñez.

Moisés Gómez, Departamento de Filosofía


“…es soberano quien decide el estado de excepción” C. Schmitt.

Estados Unidos ha declarado el Estado de emergencia ante la marejada de niños, niñas y adolescentes no acompañados (NNA) arribando a sus fronteras. El estado de emergencia que Estados Unidos quiere aplicar al problema de la migración infantil irregular se funda en una vieja estrategia de los Estados “imperio” de decretar el Estado de excepción. Este se define como un espacio vacío en donde aparece una acción humana sin relación con el derecho (huir por la violencia para el caso de los niños emigrantes) que tiene frente a sí una norma sin relación con la vida (la seguridad -public safety-de los Estados Unidos). El Estado de excepción es una tierra de nadie donde aparece siendo legal aquello que de ninguna forma puede ser legal: no reconocer la dignidad de la persona humana.

Giorgio Agamben dedicó un estudio profundo a fin de comprender esta realidad cuasi-jurídica y justamente la relaciona con los Estados Unidos en su combate al terrorismo, Agamben destaca las consecuencias derivadas del Estado de excepción para la vida humana cuyo significado:

inmediatamente biopolítico del estado de excepción como estructura original en que el derecho incluye en sí al viviente por medio de su propia suspensión se manifiesta con claridad en la military order promulgada por el presidente de los Estados Unidos el 13 de noviembre del 2001, que autoriza la indefinite detention y el procesamiento por military commissions (que no hay que confundir con los tribunales militares previstos para tiempos de guerra) de los no-ciudadanos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas. La novedad de la orden del presidente Bush consiste en eliminar radicalmente cualquier estatuto jurídico para determinados individuos, produciendo de esta forma un ser jurídico innombrable e inclasificable"[1]


Tenemos entonces que concluir que el Estado de emergencia o Estado de excepción es una realidad política que construye seres jurídicos innombrables e inclasificables en orden de hacer valer normas sin relación con la vida. El Estado de emergencia o Estado de excepción tiene como fundamento o axioma jurídico la idea que la necesidad no tiene ley, este axioma legal podría entenderse de dos formas: no reconocer ley establecida (para el caso de los NNA rechazar la Convención de los derechos de los niños o desconocer la Declaración universal de los derechos humanos, por ejemplo) y por otra parte la idea de que la necesidad crea su propia ley…(para el caso de los NNA impedir por ley la reunificación familiar y/o crear leyes antiinmigrantes)  

En el desarrollo de la crisis humanitaria de la niñez emigrante irregular vemos que Obama ya ordenó el proceso de conversión de los niños, niñas y adolescentes hacia seres innombrables e inclasificables a los que no hay ley o derecho nacional o internacional que los proteja; Obama y el Congreso de los Estados Unidos han puesto entre paréntesis toda legislación relativa a los derechos humanos y sobre todo ponen en sospecha el que los derechos humanos son inherentes a la persona y no a su nacionalidad o edad o situación migratoria. Los NNA ya están siendo detenidos, han sido recluidos en bases militares y están siendo custodiados por fuerzas militares. Obama ya pasó por alto el criterio de las cortes y se adelantó al resultado del proceso jurídico cuando afirmó que todos los niños serán deportados hacia sus países de origen.

La pregunta que nos debemos hacer es ¿quién creó la crisis humanitaria? Obviamente no la han creado los niños que emigran en su mayoría por la violencia, que sufren en los países del triángulo norte (Honduras, Guatemala y El Salvador); en realidad los niños están huyendo de situaciones que ellos no han creado; en primer lugar los niños son las víctimas de una geopolítica que favorece un desarrollo económico injusto. En segundo lugar, se dice que la niñez está huyendo de la violencia social provocada por pandillas pero hay que recordar que las pandillas son efecto de una desigualdad social, el hecho que los países del triángulo norte no ataquen el problema pandilleril tampoco es responsabilidad de los NNA, además, en tercer lugar, estructuralmente primero está la violencia económica y de esta violencia tampoco son responsables los niños.

En cuarto y último lugar se recrimina que las familias son irresponsables al enviar a sus hijos con traficantes y que al hacerlo así demuestran que no quieren a sus hijos;  en su defensa hay que decir que las familias a las que pertenecen estos niños no se han roto o desintegrado porque los padres sean irresponsables sino porque el sistema económico, impuesto y cuidado por entidades como la Organización Mundial de Comercio (OMC), esclaviza y paga poco y cada vez hay que ir más al norte para conseguir lo que en el sur siendo rico ha sido extraído por inversionistas del norte. Con todo si Estados Unidos ampliara y revalorara dar visas  para que estos niños pudiesen visitar a sus padres no habría necesidad de recurrir a los coyotes, si de hecho viajar legal cuesta menos que hacerlo ilegalmente.

Objetivamente la crisis humanitaria la crea Estados Unidos para resolver por medios ilegales un problema humano muy delicado cuya radiografía nos indica que la globalización económica no sirve para más de tres cuartas partes de la humanidad.




[1] IGNACIO CARVAJAL R, PATRICIO. (2006). Agamben, Giorgio, Estado de Excepción (homo sacer II, 1). Revista chilena de derecho, 33(1), 197-205. Recuperado en 09 de julio de 2014, de http://bit.ly/VXa9jy

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