“…es soberano quien decide el
estado de excepción” C. Schmitt.
Estados Unidos
ha declarado el Estado de emergencia
ante la marejada de niños, niñas y adolescentes no acompañados (NNA) arribando
a sus fronteras. El estado de emergencia que Estados Unidos quiere aplicar al
problema de la migración infantil irregular se funda en una vieja estrategia de
los Estados “imperio” de decretar el Estado
de excepción. Este se define como un espacio vacío en donde aparece una
acción humana sin relación con el derecho (huir por la violencia para el caso
de los niños emigrantes) que tiene frente a sí una norma sin relación con la
vida (la seguridad -public safety-de
los Estados Unidos). El Estado de
excepción es una tierra de nadie
donde aparece siendo legal aquello que de ninguna forma puede ser legal: no
reconocer la dignidad de la persona humana.
Giorgio
Agamben dedicó un estudio profundo a fin de comprender esta realidad
cuasi-jurídica y justamente la relaciona con los Estados Unidos en su combate
al terrorismo, Agamben destaca las consecuencias derivadas del Estado de excepción para la vida humana
cuyo significado:
inmediatamente biopolítico del
estado de excepción como estructura original en que el derecho incluye en sí al
viviente por medio de su propia suspensión se manifiesta con claridad en la military order promulgada por el presidente
de los Estados Unidos el 13 de noviembre del 2001, que autoriza la indefinite detention y el procesamiento
por military commissions (que no hay
que confundir con los tribunales militares previstos para tiempos de guerra) de
los no-ciudadanos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas. La
novedad de la orden del presidente Bush consiste en eliminar radicalmente
cualquier estatuto jurídico para determinados individuos, produciendo de esta
forma un ser jurídico innombrable e inclasificable"[1]
Tenemos
entonces que concluir que el Estado de emergencia o Estado de excepción es una
realidad política que construye seres jurídicos innombrables e inclasificables en orden de hacer valer normas sin
relación con la vida. El Estado de emergencia o Estado de excepción tiene como
fundamento o axioma jurídico la idea que la
necesidad no tiene ley, este axioma legal podría entenderse de dos formas: no reconocer ley establecida (para el
caso de los NNA rechazar la
Convención de los derechos de los niños o desconocer la Declaración universal
de los derechos humanos, por ejemplo) y por otra parte la idea de que la necesidad crea su propia ley…(para el
caso de los NNA impedir por ley la reunificación familiar y/o crear leyes
antiinmigrantes)
En el
desarrollo de la crisis humanitaria de la niñez emigrante irregular vemos que
Obama ya ordenó el proceso de conversión de los niños, niñas y adolescentes
hacia seres innombrables e inclasificables a los que no hay ley o derecho
nacional o internacional que los proteja; Obama y el Congreso de los Estados
Unidos han puesto entre paréntesis toda legislación relativa a los derechos
humanos y sobre todo ponen en sospecha el que los derechos humanos son
inherentes a la persona y no a su nacionalidad o edad o situación migratoria.
Los NNA ya están siendo detenidos, han sido recluidos en bases militares y
están siendo custodiados por fuerzas militares. Obama ya pasó por alto el
criterio de las cortes y se adelantó al resultado del proceso jurídico cuando
afirmó que todos los niños serán deportados hacia sus países de origen.
La pregunta
que nos debemos hacer es ¿quién creó la crisis humanitaria? Obviamente no la
han creado los niños que emigran en su mayoría por la violencia, que sufren en
los países del triángulo norte (Honduras, Guatemala y El Salvador); en realidad
los niños están huyendo de situaciones que ellos no han creado; en primer lugar
los niños son las víctimas de una geopolítica que favorece un desarrollo
económico injusto. En segundo lugar, se dice que la niñez está huyendo de la
violencia social provocada por pandillas pero hay que recordar que las
pandillas son efecto de una desigualdad social, el hecho que los países del
triángulo norte no ataquen el problema pandilleril tampoco es responsabilidad
de los NNA, además, en tercer lugar, estructuralmente primero está la violencia
económica y de esta violencia tampoco son responsables los niños.
En cuarto y
último lugar se recrimina que las familias son irresponsables al enviar a sus
hijos con traficantes y que al hacerlo así demuestran que no quieren a sus
hijos; en su defensa hay que decir que las
familias a las que pertenecen estos niños no se han roto o desintegrado porque
los padres sean irresponsables sino porque el sistema económico, impuesto y
cuidado por entidades como la Organización Mundial de Comercio (OMC), esclaviza
y paga poco y cada vez hay que ir más al norte
para conseguir lo que en el sur siendo
rico ha sido extraído por inversionistas del norte. Con todo si Estados Unidos ampliara y revalorara dar
visas para que estos niños pudiesen
visitar a sus padres no habría necesidad de recurrir a los coyotes, si de hecho
viajar legal cuesta menos que hacerlo ilegalmente.
Objetivamente
la crisis humanitaria la crea Estados Unidos para resolver por medios ilegales
un problema humano muy delicado cuya radiografía nos indica que la
globalización económica no sirve para más de tres cuartas partes de la
humanidad.
[1] IGNACIO CARVAJAL R, PATRICIO. (2006). Agamben, Giorgio, Estado de
Excepción (homo sacer II, 1). Revista chilena de derecho, 33(1), 197-205.
Recuperado en 09 de julio de 2014, de http://bit.ly/VXa9jy
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