Ricardo Ribera, Departamento de Filosofía.
La
fórmula presidencial del FMLN ya había mostrado su capacidad de saber trabajar
como equipo durante la campaña electoral. Lo ha confirmado inmediatamente
después del gane del 9 de marzo. Óscar Ortiz se quedaba en el país a cargo del
diálogo con los distintos sectores de la vida nacional, mientras Salvador
Sánchez Cerén se encargaba de desarrollar una intensa actividad de relaciones
internacionales.
Lo
primero fue una gira por la región, que lo llevó a visitar cada uno de los países
de Centroamérica, Belice y Panamá. Cada uno de sus presidentes fue invitado a
la toma de posesión del próximo 1º de junio, ceremonia que se busca cuente con
una nutrida representación internacional, tal como lo amerita su importancia
histórica y política. Un primer contacto personal entre mandatarios importa
para las buenas relaciones entre las naciones hermanas del istmo.
Es
de señalar como acierto haber incluido a todos en la ronda de visitas y como
éxito la buena recepción obtenida. No podría decirlo el recién electo
presidente costarricense, quien se abstuvo de visitar a Daniel Ortega, gobernante
de la vecina Nicaragua, debido al contencioso fronterizo entre ambos países en
la zona del Río San Juan. En cambio Sánchez Cerén se reunió con su homólogo de
Honduras, a pesar del diferendo por la soberanía de la isla Conejo. Por otra
parte, y por motivos obvios, el tema no fue incluido en este primer contacto
directo.
Había
que iniciar con buen pie la relación personal entre ambos estadistas y
coincidir en una constructiva posición de principios. Debe buscarse paz y
desarrollo para la población cercana al golfo de Fonseca. Para ello es crucial
el buen entendimiento de las tres naciones que comparten sus aguas. Es decir, generar
la buena disposición y el consenso en que cualquier controversia será dirimida
fraternalmente en el marco de la diplomacia y del derecho internacional. Ése era
el objetivo y se consiguió.
La
gira centroamericana se extendió también a la República Dominicana, país que se
suma habitualmente a la región en materia de acuerdos económicos y comerciales.
La siguiente visita fue a otra isla caribeña: Cuba. La agenda del presidente
electo pasaba a otra etapa, caracterizada por su significación política.
La
foto del ex-comandante del FMLN con Raúl Castro, asimismo comandante de la
revolución, tiene el simbolismo de la amistad y la solidaridad
internacionalista. Las relaciones diplomáticas con Cuba –restablecidas por
Mauricio Funes el propio día de su toma de posesión como primer acto de su
presidencia – es de prever que se reforzarán y puedan concretarse distintos
ámbitos de cooperación.
De
la comunista Cuba, directamente, en un salto no carente de audacia, al
Vaticano. Allí el recién electo presidente salvadoreño fue recibido en
audiencia privada por el Santo Padre. Trascendió que fue un encuentro cordial, en
el que se habló de Monseñor Romero y donde el Papa Francisco externó su
especial afecto por el pueblo salvadoreño. Recibió la invitación para visitar
el país en un próximo futuro. El futuro gobernante extendió su estadía a fin de
asistir a la canonización de San Juan XXIII y San Juan Pablo II. Ello le
permitió coincidir con otros mandatarios llegados para la ocasión.
De
regreso al país, Salvador Sánchez Cerén se quedó poco tiempo, pues después de
participar en el mitin de clausura de la marcha del 1º de mayo, día de los
trabajadores, en horas de la tarde partió hacia Venezuela. Acompañado por un
grupo de dirigentes del FMLN se hizo presente en actos conmemorativos de la
revolución bolivariana. De las reuniones con el presidente Nicolás Maduro
trascendió el anuncio de la posible integración de El Salvador en el grupo de
países que conforman Petrocaribe. Podría suponer ahorros millonarios en la actual
factura petrolera.
Es
de esperar un estrechamiento de lazos entre las dos naciones. Criticado y
temido por la derecha y sectores oligárquicos, ello no debiera motivar preocupación
si se efectúa sin copiar modelos foráneos, manteniendo la independencia
nacional y en el marco de una política internacional diversificada. Casi
simultáneamente a la visita a la patria de Bolívar se anunció la intención de
las nuevas autoridades de viajar asimismo a Estados Unidos.
Tal
visita se concretó, destacándose las reuniones de Sánchez Cerén con el
secretario de Estado, John Kerry, y con responsables de la Cuenta del Milenio,
de la que se espera se concreten importantes proyectos de desarrollo en la zona
costera. Es de destacar el acompañamiento que hizo la embajadora
norteamericana, Mari Carmen Aponte, quien viajó especialmente a su país para
participar en varias de las actividades del próximo mandatario salvadoreño,
brindando su oportuno respaldo.
En
resumen, ha sido una intensa actividad la que ha asumido el presidente electo,
al igual que su compañero de fórmula, el futuro vicepresidente Óscar Ortiz, las
semanas previas a su toma de posesión. No se concedió mayor tiempo al festejo
ni al descanso, tras muchos meses de agotadora campaña electoral. Su actitud ha
sido de ponerse manos a la obra, desde el primer día, lo cual está a la altura
de las graves necesidades que enfrenta el país. Por otro lado, esa frenética
actividad se valora como fructífera y bien enrumbada. Busca reforzar la amplitud y la diversificación
de relaciones, aspecto crucial en la escena internacional. Salvador Sánchez
Cerén ha dejado la imagen de un auténtico estadista. Es un buen augurio de su
futura gestión.
*En el sentido de las agujas del reloj, el Presidente Salvador Sánchez Cerén con su Santidad el Papa Francisco, los presidentes de Venezuela, Cuba, Honduras, Belice y el Secretario de Estado John Kerry. http://www.salvadoryoscar.com/
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